Apple tropieza con su MacBook Pro i9 que promete más de lo que puede dar
El 'thermal throttling' hace que los MacBook Pro con i9 no sean capaces de alcanzar todo su potencial... pero lo cobran igualmente

Los gadgets de Apple siempre son mirados con lupa. Y se lo tienen bien merecido, no solo por el precio -que suele ser bastante superior al resto de las marcas- sino también por su prepotencia a la hora de definir los tiempos las formas. Así pues la nueva hornada de portátiles MacBook Pro con procesadores Intel de 8º generación han sido recibidos tantas ganas como suspicacias.
Así es como los primeros compradores del equipo más potente de la nueva generación -el que integra un Intel i9 y cuesta un mínimo de 3.639 euros- se han encontrado con la desagradable sorpresa de que el ordenador tiene un grave problema de disipación térmica. Un problema de diseño que en ocasiones obliga al procesador a reducir su potencia de proceso y que se conoce como ‘thermal throttling’.
Como consecuencia, resulta que el equipo portátil más potente de Apple tiene que echar el freno para no calentarse demasiado y no ‘quemarse’. Rara vez alcanza los 2,9 GHz de velocidad que promete en su publicidad y no hablamos ya de usar el modo ‘turbo boost’. Esto ocurre precisamente cuando se usan programas profesionales que requieren mucha potencia y que son aquellos que usan las personas que pueden gastarse tanto dinero en un ordenador portátil. Pero claro, si resulta que el MacBook no da toda la potencia que tiene… entonces ¿para qué gastarse tanto dinero?
La situación es tan ridícula que en algunas pruebas el MacBook Pro con Core i9 8950HK es más lento que el MacBook i7 de la anterior generación. Es decir que tarda más que un ordenador más viejo con un procesador inferior. Desafortunadamente el software con el que se hacen estas pruebas ha desaparecido de la app store de Apple y de momento nadie más puede hacer la prueba.
Hay quien achaca este fallo a un problema a un diseño térmico del portátil demasiado viejo y otros a un fallo en los cálculos de disipación de calor de los ingenieros de Apple, que contaban ya con tener procesadores de 10 nm (que son más pequeños y generan menos calor). Sea como sea, Apple ya tiene un nuevo fallo con el que lidiar. Tan solo se consigue un valor más o menos lógico cuando se mete el MacBook Pro en… un congelador! Pero resulta evidente que así no se puede trabajar.
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