Cómo es una caja negra por dentro
Las cajas negras están preparadas para soportar impactos de 3400 g y temperaturas por encima de los 1.000 grados centígrados
Las cajas negras, grandes dispositivos que graban en tiempo real datos y conversaciones de los aviones mientras vuelan, no son negras, en realidad son de un naranja bastante llamativo para que puedan encontrarse con relativa facilidad.
Son la última oportunidad para que los investigadores sepan qué ha pasado en una catástrofe. En realidad, en los aviones comerciales actuales hay dos: una que graba los datos del avión (telemetría y otros datos del vuelo) y otra que almacena las conversaciones por radio de los pilotos con la torre de control.
En su interior hay unas memorias flash donde se almacena todo. Pero claro, para resistir golpes tan fuertes, debe tener materiales que absorba el impacto, diferentes capas que incluyen un material similar a la arcilla y un material verde de goma más ligero en su interior. Soportan impactos de hasta 3.400 g y temperaturas de casi 1.000 grados centígrados y así es por dentro.
Lo que poca gente sabe es que se trata de un invento australiano. Lo ideó en los años 50 el químico David Warren. Necesitaba grabar datos de un accidente de avión para comprobar cómo se comportan nuevos combustibles de la época en caso de impacto.
Estos datos se deben almacenar en un lugar seguro, que resista fuertísimos golpes y temperaturas extremas, de ahí que se llegase a crear una caja metálica con un interior de materiales ignífugos y que absorben golpes. Toda una obra maestra de la ingeniería que se usa como último recurso en las peores ocasiones posibles.
+ Info | What’s inside?, Sploid