El Samsung Galaxy S6 Edge despiezado hasta el último chip

Esta semana llegan al mercado los Samsung Galaxy S6 y S6 Edge, los smartphones en los que la compañía coreana ha depositado buena parte de sus plegarias para el futuro. Samsung lleva inmersa en un proceso de cambio y renovación muy importante como consecuencia del escaso éxito de sus dos modelos anteriores, el Galaxy S4 y S5. Así pues, podría decirse que el Galaxy S6 es una pieza clave que definirá si Samsung es capaz de mantenerse como líder de electrónica de consumo un tiempo más y remontar la caída del 30% de beneficios que ha sufrido en 2014.

Tras la presentación en el MWC y antes de los primeros análisis en español, ya tenemos el esperado despiece completo «teardown» del Galaxy S6 por parte de iFixit y ChipWorks. ¿Cómo es esto posible? pues la explicación es sencilla. Basta recordar que numerosos medios estadounidenses han contado con el dispositivo mucho antes que el resto de medios y ya se sabe casi todo lo que hay que saber del Galaxy S6. Desde que cambiar la batería es un auténtico infierno, hasta que la cámara es muy prometedora o que los gráficos no son tan potentes como la competencia debido a la gran carga de cálculo que supone una pantalla de tan alta resolución.

Pero centrémonos. Si los Galaxy A han sido los primeros en abandonar las baterías intercambiables (algo que era muy apreciado por los usuarios de Samsung) los Galaxy S6 han sido los siguientes. La ventaja es una mayor integración con la electrónica y mejor aprovechaminento del espacio, pero a cambio se sacrifica la versatilidad y reparabilidad -el S6 Edge ha obtenido un 3 sobre 10 en facilidad de reparación-. La batería no extraíble, a pesar de las ventajas, sin duda ha sido la mayor crítica que ha encontrado el Galaxy S6, especialmente entre los propios samsungadictos.

A diferencia de otras ocasiones no se ha podido estimar el coste del Galaxy S6 en componentes y materiales ya que buena parte de los elementos son exclusivos de Samsung y además son la primera vez que aparecen en el mercado. Así que de momento nos quedamos con la duda de conocer el porcentaje de beneficio de cada terminal.

Lo que sí se sabe es que la principal diferencia entre el Galaxy S6 y el S6 Edge, es la pantalla. Y la del S6 Edge, curvada por ambos laterales, tiene un incremento de precio para el consumidor de unos 150 euros. Curiosamente el proceso termoformado 3D que permite «doblar» los bordes tiene un coste estimado de 23 dólares, lo cual es bastante alto si tenemos en cuenta que la pantalla plana del Galaxy S6 cuesta unos 3 dólares, o al menos eso dicen desde iFixit.