Imagen cristalina
Una de las pantallas que más me han llamado la atención en el CES, no sólo por su calidad sino también por su concepto y originalidad, ha sido este prototipo de Philips. Se trata de un LCD de 42″ montado sobre una pared de cristal con tecnología Ambilight incluída, y que proyectada en este peculiar marco resulta mucho más espectacular.
Dejando de lado la elaborada apariencia final del dispositivo, cabe destacar que fuera del área de la pantalla no se percibe cable alguno y es que la transmisión de la imagen es totalmente inalámbrica, manteniendo la pureza y transparencia del cristal en toda su superficie.
Para mí, esta pantalla tiene una ventaja evidente y es que no se necesita una gran pared para colocarla porque… ¡ya trae la pared incorporada!, es más, echándole imaginación puede servir además para separar ambientes, como mampara de ducha o como ventanal con vistas al jardín.