Kiev, la cámara que nació de la guerra
Las cámaras Kiev fueron el símbolo de la fotografía soviética, siendo copias más baratas y resistentes que sus hermanas occidentales

Kiev además del nombre de la asediada capital de Ucrania, es también el nombre de unas de las más míticas cámaras fotográficas analógicas de la historia, que curiosamente nacieron a la sombra de la Segunda Guerra Mundial.
Las Kiev fueron durante décadas la ‘cámara del pueblo’ en la Unión Soviética. Pero a ningún fotógrafo de la época se le escapaba el enorme parecido de estas cámaras con las fabricadas en Alemania, concretamente con las Contax (y algo más tarde con las Hasselblad).

Este parecido no era casual, ya que la fábrica de las cámaras Kiev realmente estaba formada por las máquinas de la fabrica de Contax que fueron requisadas como pago de guerra a los Alemanes. Además de la maquinaría de altísima precisión para la época, también lograron ‘importar’ a los ingenieros Alemanes que enseñaron a los sovieticos a fabricar las cámaras.
Las cámaras Kiev fueron el símbolo de la fotografía soviética, siendo copias más baratas y resistentes que sus hermanas occidentales
Las Kiev pasaron a la historia como copias de los modelos originales pero mucho más sólidas y baratas. Considerados como auténticos tanques fotográficos capaces de funcionar en las peores condiciones, disfrutaron y sufrieron de lo mejor y lo peor de estar fabricadas en la URSS.
Desafortunadamente se quedaron ancladas tecnológicamente en los años 50, la época dorada de las cámaras mecánicas. En las siguientes décadas Japón se comió el mercado con marcas de Canon, Nikon y Olympus. La fabrica de Kiev cerró en 2009 tras la irrupción definitiva de la fotografía digital.
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