Samsung Galaxy S8, apuesta por un nuevo ecosistema con más pantalla
Samsung desvela un llamativo Samsung Galaxy S8 donde la pantalla frontal parece ocupar todo el frontal mejorando su aspecto visual

Con toda la información clave filtrada, la presentación del Galaxy S8 (y S8+) ha sido un puro trámite que Samsung no ha querido dejar pasar, tratando de recuperar el prestigio perdido con el Note 7. Sobre el papel el S8 tiene todas las papeletas para repetir el éxito del S7. Solo la fuerte competencia china o su precio pueden jugar en contra.
Técnicamente el S8 cuenta con una actualización básica y obligatoria del procesador, manteniendo la memoria RAM y el almacenamiento. La cámara es prácticamente la misma; 12 Mpx con óptica f/1,7 y fotodiodos que capturan más luz junto con otros que ayudan a un enfoque ultra rápido. No parece fácil de mejorar y tal vez por eso Samsung ni la ha tocado, aunque sí han incrementado de 5 a 8 Mpx la resolución de la cámara de selfies. Tampoco han tocado la batería de 3.000 mAh del S8 y han reducido algo la del S8+, probablemente para no arriesgar nada en el apartado de seguridad. La sustitución del conector micro USB por el USB-C va incluida en la actualización básica. Así que en el apartado hardware no se puede decir que la mejora sea notable.
Lo que sí ha cambiado de forma destacable es la pantalla -5,8 y 6,2 pulgadas para el S8 y S8+ respectivamente-. Mantienen la tecnología superAMOLED que ofrece una imágenes saturadas y brillantes con los laterales curvados. Esto último le confiere un extra de diseño que es marca de la casa, si bien la novedad reside en que ahora ocupa el 84 y 88% de la superficie frontal, dando la sensación de que casi todo el dispositivo está cubierto por la pantalla y no tiene marcos. Esto se acentúa por un frontal que es negro en todos los acabados. Una acertada apuesta por el diseño que se complementa con las esquinas curvadas del panel de imagen y una ergonomía mejorada.
Sin embargo, donde más novedades se pueden encontrar es en las cosas que se pueden hacer con el nuevo Galaxy. Sin mucho margen donde mejorar el hardware, el camino de la innovación pasa inexcusablemente por las nuevas funcionalidades como, por ejemplo, el asistente virtual con inteligencia artificial Bixby. El control del ecosistema domótico (neveras, climatización, televisores, etc.) es otro de los atractivos. Finalmente la posibilidad de convertir el móvil en ordenador de escritorio plenamente funcional con solo conectarle un teclado, un ratón y un monitor a través de la dock DeX, completa la propuesta diferenciadora de los nuevos Galaxy. Esto último ya lo intentaron los Lumia de Microsoft con Continuum sin demasiado éxito.
Todo esto tiene un precio, y no es barato. El Galaxy S8 costará 809 euros mientras que la versión superior (solo en tamaño) tendrá un precio de 909 euros. Ambos modelos llegarán al mercado el 28 de abril y completarán así el escaparate de nuevos Android presentados entorno al MWC.
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