Polaroid Zink, prueba de impresión

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Primer análisis del funcionamiento de Zink y de la calidad de las impresiones sin tinta de Polaroid

Hace pocos días estuvimos probando la impresora Polaroid Zink (ya os mostramos el vídeo de su funcionamiento). Hoy vamos un paso más allá y analizamos la calidad de las fotos que obtenemos con esta revolucionaria tecnología de impresiones sin tinta.

La Polaroid Zink funciona a través de Bluetooth o de USB (con PictBridge), y la transmisión de la imagen se realiza en pocos segundos. El proceso de carga de papel es rápido y sencillo, y cada paquete incluye una hoja de calibración que ajusta la impresora. La impresión en si, apenas dura unos 30 segundos, y la foto está lista para manipular nada más salir. Cada papel ofrece un acabado plástico que se puede tocar sin temor a que se corra la tinta, además de ser muy resistente a la rotura e incluso se puede mojar de inmediato. Todas las fotos se pueden convertir en pegatinas ya que quitando la protección trasera queda al descubierto una superficie adhesiva bastante potente, pese a lo cual permite una fácil recolocación, así como su eliminación sin que quede ningún residuo.

A la hora de analizar los resultados cualitativos… hay que tener en cuenta que está pensada como impresora para el instante, y que sus potenciales fuentes de imagen son los teléfonos móviles (que ya de por si no dan mucha calidad).

Como se puede ver en las muestras (que hemos escaneado directamente de los originales para que podáis evaluar vosotros mismos), el color alcanza grandes niveles de saturación, aunque con algunas dominantes amarillas y magentas, especialmente evidentes en los siempre dificiles de reproducir tonos de piel. No es capaz de ofrecer una nitidez excesiva, lo cual resultaba predecible, pero el reducido tamaño de la impresión limita esta carencia. Tal vez lo más grave es que se pueden apreciar unas evidentes líneas con una menor saturación de color, que recorren el ancho del papel (algo similar al efecto «banding«, pero con distinto origen). Por último notamos que los negros no obtienen un nivel de densidad tan profundo como con otras tecnologías.

Pese a todo, su calidad global está por encima de lo que cabría esperar, y resulta idónea para un montón de situaciones creativas. Es innegable su frescura y rápidez, así como su facilidad de uso y de trasporte por encima de cualquier otro sistema. En definitiva recuerda vagamente a la calidad que daban las Polaroid químicas frente a las copias de negativo y sobre todo transmite su mismo espíritu.

Personalmente echo de menos un diseño distintivo que las diferencie del resto, algo así como el ya famoso formato cuadrado con marco blanco (más ancho en la base) que cualquiera identificaba con las Polaroid de toda la vida. La impresora será lanzanda antes del verano a un precio cercano a los 150$ y los paquetes de 10 hojas saldrán a 2,99$ es decir a unos 30¢ cada foto de 7,5×5 cm, lo cual parece bastante asequible.

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2 respuestas a “Polaroid Zink, prueba de impresión”

  1. guarana dice:

    Esto como papel higienico debe ser formidable :-p ya que desaparece y no mancha, habra que saber si huele.

  2. Alberto dice:

    Nada, calidad pésima. Sólo se puede aceptar a modo de «curiosidad» ya que por el tamaño del papel (unos ridículos 5×7,5cm) y por la calidad final, no se puede considerar un medio de impresión «definitivo»… Quizás mejoren ambas características en breve, mientra a imprimir mediante otros medios.

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