¿Está la megalomanía de Elon Musk boicoteando Twitter? Resumen de errores
En 100 días Elon Musk ha logrado destruir todos y cada uno de los pilares de Twitter y parece no darse cuenta

Desde que Elon Musk se vio obligado a comprar (casi judicialmente) Twitter por ser un bocachancla, no ha habido una sola semana en la que no haya tomado una medida polémica. Lo más sorprendente es que ninguna de estas decisiones han sido en favor de los usuarios, de Twitter o de la ‘libertad de expresión’. Todas y cada una de las decisiones parecen estar diseñadas para dinamitar Twitter desde dentro.
La lista es extensa. Empezó por despedir, sin valorar las consecuencias, a cerca del 70% de la plantilla. Esto no solo trajo diversos problemas de funcionamiento sino también numerosas demandas de despido improcedente que Twiter ha tenido que pagar.
Ahí no acabó la cosa porque posteriormente llegó una segunda ronda de despidos a aquellos que no le prometieron lealtad infinita quedándoselos a trabajar más 80 horas semanales y durmiendo en las propias oficinas. Ya entonces twitter mostraba signos de funcionar peor que nunca y los cambios del algoritmo empezaban a notarse para mal.

Después llegó una caída global de anunciantes que Elon camufló con una campaña global de Tesla en Twitter a la que nadie le veía sentido. Eso no ha impedido la huida de las principales compañías de publicidad que arrastran grandes marcas consigo… y muchos millones de dólares en pérdidas.
Esto hundió la cotización de las acciones de Twitter, reduciendo notablemente el valor de la compañía recién comprada, y arrastro también el valor de las de Tesla con las que Elon había avalado la compra.
Tampoco ayudó mucho a su prometida ‘libertad de extresión’ el cierre arbitrario de cuentas a periodistas del Times o al bot @elonjet que informaba de los vuelos de Elon, y que tanto exasperó la paciencia de Musk. ¿No querías libertad? Pues aquí tiene mi dictadura.
En paralelo Musk ha intentado monetizar Twitter exprimiendo a los usuarios, que son los que realmente aportan más valor a la compañía. Primero anunciado un Twitter Blue de pago con numerosas ventajas para los que pagasen 20$ al mes, incluyendo la siempre polémica autenticación del perfil solo a los que pagasen. Tuvo que recular bajando el precio y manteniendo el check azul a los que ya lo tenían.
En 100 días Elon Musk ha logrado destruir todos y cada uno de los pilares de Twitter y parece no darse cuenta
Otro ejemplo ha sido la inundación de visibilidad de sus tweets en todos los timeline del mundo. Durante unos días todos los usuarios se vieron obligados a ver las publicaciones de Elon nada más abrir Twitter porque el sistema las forzó a ser omnipresentes. Los ingenieros de Twitter se vieron obligados a hacerlo tras la rabieta del jefe que despidió a uno de ellos cuando sugirió que los tweets de Musk igual se leían menos porque habían perdido relevancia.

La última tontería ha sido justo en estos días e implica un chantaje que empieza a rozar lo mafioso. Los usuarios que no paguen no tendrán el sistema de verificación de doble paso mediante SMS. Una característica de seguridad que antes era gratis y que ofrece una herramienta para evitar el robo y suplantación de cuentas de Twitter que para muchos es de gran importancia.
Por el camino ha ido borrando del mapa el acceso gratuito a la API de Twitter a cualquier app de terceros. Esto no solo afectará a app que añadían valor a los usuarios de Twitter con herramientas de gestión y visualización avanzadas. También perjudicará y podría hacer desaparecer a los cuentas bots que informan automatizadamente de noticias.
Seguro que han quedado muchas otras pifias y desastres que Elon ha realizado en Twitter en los últimos tiempos. Intentaremos ir actualizándolo en la medida que nos de tiempo a asimilarlo.
Lo que parece claro es que en algún punto Musk ha desconectado con la realidad y en su mundo paralelo piensa que si es el hombre más rico del mundo (*según el día) es por su gran olfato empresarial y sus decisiones infalibles. Sin embargo desde fuera parece que el genio que fue se ha convertido en un bloco que quiere demoler Twitter ladrillo a ladrillo.
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