Sony Cyber-shot DSC-T2, la cámara «fashion» a prueba

Probamos la T2 de Sony, una cámara con detección de sonrisas, pantalla táctil y un diseño sobresaliente

La familia de cámaras T de Sony es siempre una garantía de excelente diseño y una sólida construcción. Pero lejos de agotar el modelo de éxito, han renovado la gama con la Sony Cyber-shot T2, un dispositivo que mejora el elegante sistema de tapa deslizante, que oculta por completo el objetivo y el flash, haciéndolo más suave y discreto todavía. Si a esto le unimos la casi total ausencia de botones (4 en total) y la pantalla táctil de 2,7″, obtenemos un objeto cuyo aspecto final poco se parece a una cámara convencional.

Por dentro integra un sensor de 8Mpx con una excelente respuesta en condiciones de luz adversa y una sensibilidad extendida que se mueve entre los 80 y los 3200 ISO. También incluye un objetivo interno equivalente a un 38-114mm (algo corto en el angular para mi gusto). Este tipo de objetivos son muy atractivos para fabricar cámaras ultradelgadas, pero no hay que olvidar que debido al pequeño tamaño de las lentes, se producen más distorsiones, de forma similar a lo que ocurre con las cámaras de los teléfonos móviles.

La pantalla táctil es una interesante opción, aunque al principio complica un poco el manejo, sobre todo por que utiliza un modelo de interfaz mucho más gráfico, pero menos intuitivo (nada que no se solucione en un par de días). La cámara destaca por varias cosas, como sus 4GB de memoria interna o su original opción de visualización en modo álbum, pero lo más llamativo sin duda es la función de fotografiar sonrisas de forma automática, como ya incorporaba la T200. En este modo sólo hay que encuadrar a la persona y disparar. La cámara detecta automáticamente la cara y espera hasta que sonría, realizando la foto precisamente en ese momento. Lo cierto es que en las pruebas realizadas funcionó a la perfección, pero es que además permite determinar hasta tres grados de «amplitud» de sonrisa a partir de los cuales realizar el disparo. Hacía tiempo que no probaba algo tan aparentemente inútil divirtiéndome tanto. En definitiva, por 349€, una buena relación diseño/precio.